viernes, 5 de diciembre de 2014

Las madres adivinas y los problemas de comunicación con la familia

Por Karina Sandoval*


La maestra de la escuela de mi hija, en la junta de inicio de clases nos hizo un comentario que me puso a pensar mucho en la rutina que tengo en casa no sólo como madre, sino también como esposa.
La miss comenzó diciendo que los niños del grupo, no sabían comunicarse, y que en general la formulación de preguntas era prácticamente nula. A lo cual muchas pusimos cara de incredulidad y obvio nos volteamos a ver como diciendo, qué maestra tan exagerada.

Nos contó que los niños en el lunch le entregaban los tuppers o las botellas de agua, diciéndole que no los podían abrir, y a lo cual ella les respondía “gracias por la noticia”, y que la misma situación pasaba con los lápices sin punta, - sólo me entregan el lápiz y me dicen que no tiene punta- argumentó la maestra.

Nos pidió que fomentáramos la formulación de preguntas en los niños, ya que en lugar de comunicarse con frases completas sólo informaban del problema al adulto cercano, sin ni siquiera pedir ayuda, solamente asumiendo que se les resolvería el problema.

La verdad al principio no hice mucho caso hasta que me di cuenta ¡que yo lo hago! En una comida familiar se acercó mi hija a decime –Mamá, tengo sed- acto seguido me vi sirviendo el vaso de agua y entregándoselo.

Ella hizo exactamente lo que nos dijo la maestra, nunca me dijo – ¿Me puedes servir agua por favor?- solamente me informó que tenía sed. Ahora soy más cuidadosa y trato de prestar atención a la forma en la me pide las cosas, porque así como el tengo sed, está el tengo hambre, está frio, me ensucié…
Bueno lo de mi hija ya lo tengo, ahora, identificado; pero, me di cuenta que no sólo lo hago con ella, también lo hago con mi esposo. Ya consiente de la situación un día él me preguntó – ¿Hay salsa?- ni siquiera le respondí, me paré a sacarla del refrigerador para dársela, ya a medio camino, me regresé y le dije –Sí, está en el refrigerador-

Somos nosotras las que educamos o mal educamos sin darnos cuenta, realmente nunca me había detenido a analizar esa rutina de adivinación que tenía en casa, sin darme cuenta me convertí en la adivina de la familia, la buena noticia es que ahora lo sé y lo estoy corrigiendo.

¿Cuántas de ustedes son mamás adivinas?


*Comunicóloga de profesión y corazón, en el año 2010 decidí dejar el mundo corporativo para dedicarme a mi familia. Desde entonces trabajo como blogger y community manager en el blog EsposaPerfecta.com

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